jueves, 26 de marzo de 2015

184'

Para Clarissa fue tan sencillo, toda su vida se había estado preguntando que sería de ella, por que nadie la escuchaba y por que parecia pasar desapercivida. Nadie se lo podía explicar, pero al día siguient nadie parecia recordarla, parecía un sueño, algo irreal, algo a loq ue no prestar atención.
Todas las mentes logicas la dejaban de lado. Avanzaba en su camino de estudiante y a sus 20 años se dió cuenta de la terrible realidad.
Ella era un producto de la imaginación de algunas personas, que en alguna parte del mundo había empezado a creer en la magia, en las brujas y los duendes, los elfos y a las hadas, ellos creian y ella se creó, su padre elfo y su madre medio humana, eran la viva imagen del relato del siempre terrible amor entre razas, y los padres de estos antes que ellos, eran una de las pocas familias que decidió crear lazos con los humanos hasta tener sus progenitores.
El ADN de ambas especies simplemente se enlaza si creian en ellos, todo lo imposible se hacia real con solo pensarlo, y después de millones de hisotiras de un tal Ramthis, un gran elfo de la corte, y una joven humana, Crisnine, que se enamoraron alocadamente hullendo de todo aquello que quería separarlos, se creó lo que todos temían, un mixto entre especies, estos niños, que creian entre humanos y elfos se enamoraban indistintamente. Y de allí nació Clarissa.
Apenas había empezado a asimilarlo cuando su mejor amigo Robin, entró en su habitación, la vió con el Libro de las sobras entre las manos y su cara se transformo de una sonrisa a preocupación y tristeza.
-Pequeña, ¿cuanto has leido de ahi?- Le dijo el en apenas un susurro.
-Yo diría que todo lo que puedo soportar y un poco más- Con las lagrimas apunto de desbordar en sus ojos, Robin acudió a su lado y la meció entre sus brazos.
-Todo irá bien -le aseguro el- todo irá bien.
Entonces ella reaccionó, ¿como sabia su amigo de toda la vida de la existencia de ese libro? Se separó intentando no ser brusca y le miró a los ojos. Entonces lo vió, esos ojos color gris que siempre había mirado acostumbrada tenian una vida y una fortaleza, antes inexistente para ella, noto pequeños cambios en sus facciones, más afilados, menos humanos, más antinaturales. El era uno de ellos, siempre lo había sido, pero eso no la asusto.
-¿Porqué no me lo contaste tú? Habría sido mucho menos desagradable vivir sabiendolo.
-Por que no debías descubrirlo, debías vivir alejada de todo esto, eso es lo que querían tus verdaderos padres, por eso me enviaron para cuidarte y protegerte, ahora es inevitable y lo único que puedo hacer es estar a tu lado.- suspiró.
-Como siempre Robin, como siempre.

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