miércoles, 5 de diciembre de 2012

26'

El metro estaba quieto y la puerta se abrió, allí estaba el, el chico que ultimamente no se podía quitar de la cabeza, era un chico alto con el pelo rubio oscuro, la observaba fijamente como cada mañana, con una mirada que helaba la sangre.
-Buenos días Ragni- Dijo con voz grave pero melodica.
-Hey- Dijo ella casi sin respiración, no podía apartar la mirada de sus ojos azul verdosos.
El la cogio del brazo y la atrajo hacia si y chocó un poco contra su pecho. 
-Cuidado.
Ragnaria sintió como las puertas se cerraban a su espalda aun notando su cuerpo contra el de ese chico tan maravilloso, se separo algo indecisa y le miro a los labios. Estaba sonriendo y le sobrasalian los colmillos bien afilados. Ella también sonrió. Cada día podía disfrutar de su compañía y ella no saía hasta que punto se estaba acercando a el.

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